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Energía | 28.12.2020  

A más de 4.000 metros de altura, en la Puna Argentina, está el parque solar más grande de Sudamérica

El inédito crecimiento de las energías renovables en Argentina durante los últimos tres años dio, finalmente, su fruto mayor: el parque solar Cauchari, con casi un millón de paneles fotovoltaicos y 300 MW de potencia instalada, que se conectó al sistema eléctrico nacional el 26 de septiembre.

Fuente: www.ipsnoticias.net

A unos 1.700 kilómetros de Buenos Aires, el emprendimiento está en la provincia de Jujuy, en el extremo noroeste del país, cerca de las fronteras con Chile y Bolivia, con los que comparte la ecorregión de la Puna, un bioma de altoplanicies andinas con vegetación tipo tundra.

Costó 390 millones de dólares y es la última prueba del desembarco chino en la economía de América Latina: del gigante asiático vinieron no solamente las dos empresas constructoras sino también la mayor parte de la financiación.

“Es el parque solar más grande de Sudamérica en funcionamiento y consideramos que es un gran impulso para el cambio de la matriz energética en toda la región. Es muy pronto para decirlo, porque estamos en una etapa de ajustes y dependemos de fenómenos naturales, pero es probable que sea uno de los parque solares más eficientes del mundo”, dijo Guillermo Hoerth, Presidente de la empresa Cauchari Solar.

Un pastor indígena que cuida sus llamas o un grupo de vicuñas que huye ni bien ve venir un vehículo son las únicas imágenes que pueden llamar la atención del visitante -según constató IPS en una reciente visita a la zona- en la aridez y la soledad del entorno de Cauchari, que ocupa unas 800 hectáreas en la Puna argentina, a más de 4.000 metros de altura.

Hasta este lugar lejano a los grandes centros de consumo eléctrico, donde escasea el agua y cuesta respirar, llegaron entre septiembre de 2018 y octubre de 2019, 2.664 camiones con contenedores cargados de tecnología china.

Previamente habían desembarcado en  el puerto chileno de Antofagasta, sobre el océano Pacífico, o en el argentino de Zárate, sobre el Atlántico.

El Presidente de la planta explicó que, “la intensa radiación durante todo el año se combina con bajas temperaturas, que ayudan a que los paneles retengan el calor y convierten a la Puna en un lugar extraordinario para este tipo de energía renovable”.

Cauchari es el mayor éxito de la Ley de Fomento Nacional para el uso de Energías Renovables destinada al a Producción de Energía Eléctrica, sancionada en septiembre de 2015 por el Congreso Nacional.

El nuevo régimen modificó la matriz eléctrica de este país del Cono Sur americano que es la tercera economía latinoamericana, construida hasta entonces casi exclusivamente por petróleo, gas natural, grandes represas hidroeléctricas y, en mucha menor medida, energía nuclear.

De acuerdo a información oficial, en Argentina desde 2016 se lanzaron 135 nuevos proyectos de energías renovables, mayormente solares y eólicos. Entre aquellos que ya han ingresado en operación comercial y los que están todavía en construcción, representan 4.776 MW (megavatios) de potencia instalada, con una inversión estimada cercana a los 7.200 millones de dólares.

Al ingreso al Parque Solar de Cauchari se llega por un desolado camino de tierra de unos 40 kilómetros, en un desvío de la asfaltada ruta 52, que en la norteña provincia de Jujuy conduce hacia la frontera de Argentina con Chile. Técnicamente son tres parques, para soslayar que el plan bajo el que se hizo la licitación tenía un tope de 100 megavatios.

El dato más gráfico sobre el ascenso es que las fuentes renovables, que tiene prioridad de despacho sobre las convencionales, aportaron 9,1 por ciento de la electricidad consumida en Argentina en los primeros 10 meses de 2020 y treparon hasta el record de 11,9 por ciento en octubre. La salvedad es que esto se dio en un contexto de baja del consumo eléctrico por la caída de la actividad económica debido a la pandemia de COVID.

Así, las fuentes renovables, que hasta hace tres años no representaban siquiera el dos por ciento de la matriz eléctrica argentina, alcanzaron con atraso el objetivo de cubrir el ocho por ciento del consumo eléctrico nacional, que la ley 27191 de 2015 había fijado para el 31 de diciembre de 2017.

La norma fija una segunda etapa del plan, con una meta de 20 por ciento para 2025, pero los especialistas creen que eso será prácticamente imposible de alcanzar.

La crisis económica global y los problemas de financiamiento de Argentina -que este año canjeó casi 66.000 millones de dólares de deuda con acreedores privados y todavía le debe unos 52.000 millones de dólares al FMI- son grandes obstáculos.

El Director de Energías Renovables de la provincia de Jujuy, Marcelo Nieder, dijo a IPS que si se eligió ese lugar tan remoto para construir el parque solar Cauchari no fue solo por la excelente radiación de la Puna sino también porque por allí pasa una línea de alta tensión construida en 1999 para exportar electricidad a Chile.

“Ya hicimos el diseño de la ampliación y apostamos a que la financie China, como sucedió con el parque ya inaugurado”, dijo Felipe Albornoz, Presidente de Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (JEMSE), la empresa que administra Cauchari.

El banco estatal chino Eximbank fue el que financió la mayor parte de la construcción, con un préstamo de 330 millones de dólares que la provincia jujeña debe devolver en 30 años, con una tasa de interés del 2,9 por ciento anual.

Los 60 millones de dólares restantes fueron conseguidos a través de un bono verde emitido en Estados Unidos, cuyos vencimientos hoy la provincia de Jujuy está intentando correr hacia adelante

El presidente de JEMSE detalló que Jujuy tiene la expectativa de vender electricidad al mercado eléctrico nacional por unos 25 millones de dólares anuales. La empresa prevé que Cauchari produzca 840.000 MW/hora por año, que permitirían ahorrar la emisión a la atmósfera de 325.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalentes, gracias al no uso de combustibles fósiles.

Dos por ciento de las ganancias netas le corresponderán a Puesto Sey, una comunidad indígena del pueblo kolla, que tiene los derechos colectivos de la tierra donde, ahora hay un mar interminable de paneles solares.

La paradoja es que Puesto Sey, como las otras comunidades de la zona, no reciben la electricidad de Cauchari porque no están conectadas al sistema nacional.

La mayoría de las pequeñas poblaciones de la Puna, mayormente habitada por kollas, se abastece de luz con generadores alimentados a combustible diesel, aunque en los últimos años en algunos se han construido pequeños parques solares locales.

Tampoco Cauchari marca una diferencia hoy en términos de empleo, porque durante la construcción, que duró dos años, trabajaron más de 1.500 personas, pero en su operación la planta solo requiere unos 60 o 70 técnicos altamente especializados.

Y tal vez la pregunta más difícil de responder es si alguna vez Argentina u otro país latinoamericano podrán abastecer este tipo de grandes proyectos de energías renovables con tecnología local.

Hoerth aseguró que la construcción volcó unos 100 millones de dólares al mercado interno de Jujuy, ya que por contrato 22,7% de los componentes electromecánicos de la planta fueron nacionales.

Sin embargo, el Presidente de Cauchari, advirtió que la fabricación de tecnología para energías renovables es un sueño que hoy está muy lejano.

“Ojalá pudiéramos desarrollar la industria nacional. Pero es muy complicado porque China alcanzó unos costos tan baratos que inundó el mercado europeo”, puso como referencia.

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