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Argentina | 04.07.2020  

Matías Javier Escot, flamante escritor argentino. Nos presenta su primer libro "Escritores en Combate 1"

Matías Javier Escot, nació en 1977. Joven historiador. Nacido y criado en Quilmes, provincia de Buenos Aires. A partir de ahora, ensayista, intelectual. Publicó su primer libro Escritores en Combate 1, en Diciembre de 2019 un cruce de literatura e historia nacional, que inaugura la colección ensayo histórico de la editorial independiente Qeja, ubicada en Almagro, Capital Federal.

Fuente: www.diarioargentino.com

Este es tu primer libro, algo te impulsó, hubo un momento de inspiración…unas ganas de contar ¿Contar qué? Y porque? ¿Qué te movilizó?

En el verano del 2014, no me fui de vacaciones, y empecé a cruzar ideas para armar un taller en una biblioteca en Bernal, porque me lo había ofrecido el Director Cultural, casualmente me había escuchado tres meses antes en un charla sobre uno de mis escritores preferidos que es Roberto Arlt.  Entonces se me ocurrió un taller que contara que rol jugaron algunos textos y los escritores en la política del país. El taller y las personas que vinieron, que están en los agradecimientos me ayudaron a ordenar ideas. Así  nació mi blog, que sigue activo www.relatosdelsur.com, y al año me di cuenta que tenía  bastante investigado y escrito. Ahí me picó, ¿qué pasa si aspiro a escribir un libro?. Tal vez yo necesitaba hacerme de esas ideas, ordenarlas, hacerlas propias, la movilización creo que vino por ese lado.  Al ordenar esas ideas, me ordeno yo, ese un poco es mi proceso, en general te diría.

 

¿Desde qué lugar pensaste el libro?

Humildemente lo pensé desde la innovación, que podía aportar, porque libros de historia, buenos libros hay muchos. De análisis literario, hay cosas específicas, pero no que cruzaran ambas, eso era algo a intentar. Primero entonces lo pensé desde la pregunta ¿qué puedo aportar con este libro?. Lo segundo y casi lo que más puse énfasis, en que fuera un libro de escritura amena. Eso es lo que me preocupó todo el tiempo. Porque quería un libro que tuviera lo académico (tiene citas al pie de página), pero no para eruditos, que alguien curioso pudiera leerlo, entender, y que no se hiciera pesado, que sucede con muchos libros buenos de contenido pero difícil de leer para el público en general.

 

La contratapa del libro está hecho nada más y nada menos que por el respetado y valorado Hernán Brienza, que lo recomienda un libro “inteligente y necesario”.¿Cómo conectaste con Hernán Brienza, y cuál fue tu sensación en el momento que aceptó, y la contratapa?

En agosto de 2016, me enteré que en la Asociación Mutual Homero Manzi, había un taller sobre pensamiento nacional. Yo tenía escrito más de medio libro, y me interesó mucho tener la posibilidad de participar de esa aventura. Luego se armó un grupo de estudio, de lectura, en el 2017 que continúa hasta hoy. Un grupo humano excelente, y muy formado. Hernán no sólo es alguien que ayuda a desestructurar, a repensar la política, el peronismo, el kirchnerismo, digamos el espacio nacional y popular. Sino también una gran persona alguien que abre un debate y está interesado en escuchar tu opinión, que te da un lugar. Es esa humildad que tiene, que hizo inmediatamente aceptar mi propuesta de la contratapa. ¿Qué sentí? Mirá un tipo que escribió una decena de libros que fue leído por Cristina Fernández y Hugo Chávez, se preocupó por leer mi obra y escribir unas palabras elogiosas. Públicamente agradezco semejante acto de generosidad

 

¿Cuáles son los puntos a destacar de este Escritores en Combate 1?

Todo capítulo, tiene una tensión, un conflicto. Primero destaco un trabajo social sobre la etapa de Juan Manuel de Rosas, donde cuento la relación del caudillo con los sectores populares. José Hernández como un periodista alineado a la causa federal y que escribe enfrentado al presidente de la nación, Bartolomé Mitre. Que escribe de una manera “militante”, se diría en estos tiempos. También planteo una discusión sobre la generación del 80’, y el desarrollo. Además, el falso mito de la Argentina, como séptimo país del mundo, potencia en la etapa del primer centenario, en 1910, con una desigualdad muy fuerte. Humildemente tiene un punto a destacar por capítulo.

 

Al narrar la historia en Argentina  leemos en tu libro que “se construye descartando al gaucho, al indio, y más tarde al inmigrante por anarquista y agitador social” ¿Podemos afirmar que éramos una potencia de América Latina cuando silenciamos parte de nuestra sangre, de nuestras raíces. ¿No deberíamos refundar la nación con inclusión de todos los sectores?

Ufff…creeme que es una pregunta de alto vuelo, no es fácil responderla. Primero América Latina era una, ya el tucumano Bernardo de Monteagudo, en 1820 – el secretario privado de San Martín y de Bolívar-hablaba de una Patria Grande. Yo creo que hay un destino cultural y político común. Esa sangre en parte fue silenciada, por la conquista española, pero también por un proyecto que creyó en que lo mejor venía del exterior, más allá del Atlántico. Así despreció la autóctono, lo nativo, lo extranjero era mejor, por el sólo echo de ser externo. Sin duda la refundación tiene que ser rescatando lo argentino y lo americano, nuestra música, nuestros pensadores, escritores, y a nuestro pueblo. Y por supuesto la refundación es con todos los sectores, tenemos que terminar con la argentina del descarte. ¿Quiénes son el descarte actual, los que viven en la Villa 31, o en Villa Azul en Quilmes?. Bueno la refundación es con ellos incluidos.

 

Continuando con Escritores en Combate 1, vos ponés énfasis en  la historia escolar, la oficial, ¿Cuál es para vos la otra historia?.

La Microhistoria, que es contar un acontecimiento histórico desde la vida de una persona, también tenés la historia de género, de las mujeres, y el avance de la historia social- sectores populares-pueblos originarios, los gauchos, los negros-, es la historia que no se contó, que escapó a los manuales escolares. Distintas investigaciones incorporan la historia de estos actores. Entonces ya no es más la historia llana y simple. En Escritores en Combate trato de mostrar eso, Rosas no es el “tirano”, es autoritario, pero tiene gran reconocimiento en los negros, en la gente de la campaña-los gauchos- tiene una adhesión  popular. Entonces ahí hay otra historia, distinta al relato oficial de Bartolomé Mitre, o de Ricardo Levenne, del Juan Manuel de Rosas caudillo, asesino, déspota y nada más. Y un Sarmiento de bronce, sin errores que nunca faltó a la escuela. Trabajar sobre esas narraciones es construir “la otra historia”.

 

Pero esperá, entonces la historia es depende quien la cuenta...

No, eso sería un relativismo puro, que ahí si la transformaría en literatura, una posición muy escéptica. La diferencia es que la literatura no se propone “contar lo que pasó”, la historia si, tiene como una intención de narrar, lo sucedido, la verdad. Aunque ese término verdad, queda un poco grande…

 

¿Cómo sería eso?

Claro, la narración histórica, no es una verdad bíblica, de un texto sagrado. Es más bien, o como la entiendo yo, una lucha por las interpretaciones. Yo te puedo contar la organización del país desde Mitre, Sarmiento y Avellaneda, o como hace mi libro contar cómo se vivió ese período en el interior del país, las resistencias de Varela y Peñaloza, José Hernández escribe a favor de ellos. Entonces la narración histórica del interior es otra, no es la que nos ofreció Buenos Aires y la historia mitrista. Hay una disputa, por eso la palabra del título “combate”, hay una disputa por las interpretaciones.

 

¿Existe un buen comienzo mirando para otro lado? ¿Matías, podemos recomenzar una República unida?.

Mirá, sinceramente tenemos una historia de desencuentro, pero esto no es único de nuestro país, pensá en Estados Unidos, y la segregación a los negros, Alemania y la cuestión judía, mirá si no hay desencuentros en esos casos. Lo que si qué es propio nuestro, y que tenemos que salir de ahí, es el etiquetado, el prejuicio, que como sociedad nos hace muy mal. El descalificar a otro de antemano casi sin escucharlo, porque pertenece o apoya tal idea política o social. Eso lo tenemos que reveer, y los medios de comunicación, tienen que trabajar para que ese etiquetado se termine, no para profundizar odio. Porque cuanto más desunidos más fácil que nos dominen. Y creo que el recomienzo se da con otros paradigmas sociales, culturales y políticos y filosóficos, que empiezan aflorar en esta pandemia de nivel global.

 

¿Hay algo más que quisieras decir, que no te haya preguntado?

Si me permitís dos medios que se están gestando en Quilmes, para comunicar de manera alternativa y honesta en los que participo, una radio multiplataforma que sale por streaming, La Don Pedro Rock, que permite un espacio a bandas emergentes, y un medio digital Entre Nos Social Info, un espacio que intenta salir de las etiquetas, e informar en Quilmes. En ambos participo en columnas de actualidad. La cuestión de los medios, de cómo y quién informa que cosa, me parece fundamental en la sociedad actual.

 

Ya que estamos, te hago una más, ¿Cuál sería para vos, la relación entre historia y memoria?

Toda memoria de una nación se construye, con olvidos o la memoria está llena de olvidos, esto lo dice Ernest Renan que es un historiador francés, que escribió hace mucho tiempo, a finales del s.XIX en 1880 cuando se está generando los estados nación. Así las Naciones se generan también a partir de un relato histórico, ese relato histórico hablábamos que en la argentina tal vez, dejó afuera a las mujeres, a los indios, a los gauchos a los inmigrantes en 1910. De alguna manera la historia oficial los invisibilizó, no es que no estaban, entonces como vemos ahí hay un olvido entre comillas, que no es ingenuo. La memoria también es una construcción y la historia juega construyendo memoria, podemos tener una memoria sobre nuestros pueblos originarios, sobre América latina, una memoria sobre algunos pensadores que, reflexionaron sobre el país, entonces hay un estrecho vínculo entre historia y memoria, vos me preguntas

 

Si se puede cambiar la historia?

Así en términos generales yo te diría que sí, tanto la historia personal de cada uno de nosotros como la historia de cada uno de los pueblos, hay un montón de acontecimientos populares, de rebeliones, de revoluciones que ha cambiado la historia y tal vez no yendo a revoluciones específicas, pero sí, a acontecimientos que permitieron cambios culturales incluso, por lo tanto siempre podemos cambiar para bien o para mal, por ahí en  nosotros, en nuestro lenguaje tiene que ver con transformaciones positivas que, mejoren que nos mejoren a todos y a todas. Entonces soy un convencido que la historia se puede cambiar y por ahí también a partir de lo que se escribe, también se puede con ideas y escritura se puede transformar la historia.

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