¿Para qué partido militás y cuándo empezaste a interesarte por primera vez en la política?
“Actualmente milito en COMPA (Compromiso y Participación) una organización nueva, con presencia en diferentes territorios de Buenos Aires y en otras provincias. Una organización política que se ubica en el Frente de Todos. Hace poco nos sumamos a la Agenda 2030 propuesta desde la ONU.
Interesarme en la política es desde siempre, quizás en menor medida o desde una visión más rebelde o revolucionaria cuando era joven, ahora con algunos años más de experiencia esa locura de revolución pasa por conquistar derechos y no por ser rebelde. Una cuando se rebela a ciertas cosas piensa que va a hacer la revolución a las trompadas, pasé por esa etapa y me di cuenta que la verdadera revolución está en el conocimiento, cuando tenemos conocimiento nos empoderamos, empoderamos a otros y es así como me di cuenta que la militancia política es la lucha por las conquistas sociales y no por llevarte por delante las paredes”.

¿Alguna anécdota para recordar?
“La primera acción política en mi vida fue reclamar que una profesora nos diera las clases en tiempo y forma, porque no cursar la materia como correspondía era perjudicial para la formación de nosotros, los alumnos. Recuerdo que redacte una carta y la firmaron todos los compañeros, la manera de protestar fue sentarnos en las mesas cuando llegó la profesora tarde a dictar clases, no volví a ver a esa docente dando clases, por lo menos en mi curso”.

¿Y después?
“De ahí en más comencé a buscar el espacio donde militar; desde la Juventud Comunista en mis inicios por relacionarlo con la rebeldía propia de la adolescencia, pasando por el Socialismo, estuve un poco en Unidos y Organizados, después visité La Cámpora, también tuve experiencia en la militancia sindical formando parte de la comisión de un sindicato y saliendo a reclamar salarios dignos, también soy activistas por los derechos desde una Asociación Civil de vecinos autoconvocados; un día aparece Néstor y después Cristina y bueno ahí me doy cuenta que mi corazón era peronista y en sintonía con el nuevo tiempo político, ahora Kirchnerista”.

Parece que tu lucha atraviesa variados espacios
“Participe en política dentro de espacios constituidos pero también como una persona suelta o desde lo comunicacional, porque tampoco es necesario estar dentro de una organización para ser militante. Tengo militancia en el territorio y no voy por la calle gritando soy de tal o cual espacio, -mejor que decir es hacer-, como decía el General”.

¿Ocupás o ocupaste algún cargo electivo o fuiste candidata?
“Fui precandidata en las Paso de 2017 en una lista de Unidad Ciudadana, la primer interna que se hizo en el Distrito de Presidente Perón”.

Ahora sí, hablemos de Soberanía Alimentaria ¿Cuál sería tu propuesta para mejorar el acceso a la tierra de los vecinos y las vecinas del distrito que quieren trabajar y producir?
“En principio la propuesta tiene que ser que se garantiza el derecho y acceso a la tierra. Porque si proponemos algo pero no hay un compromiso de velar por el cumplimiento del derecho, por más que diga tal o cual propuesta serán infértiles. Se me ocurre un programa en articulación con el municipio y comunidad que le otorgue espacios como baldíos, terrenos en desuso improductivos para volverlos productivos, capacitando a quienes estén interesados en participar en el armado de huertas comunitarias, comunitarias porque a su vez se puede desarrollar una red de huertas de intercambio es decir, algunos productores se dedican a la producción de determinada hortaliza por ejemplo y otros a otra, un intercambio entre ellos, para consumo personal pero también teniendo la posibilidad de vender el excedente en el marco de la regulación que otorgan las ferias francas, actualmente vigente en el distrito.
Para capacitar se puede recurrir a organizaciones que vienen trabajando en este sentido y son facilitadores del conocimiento del armado de huertas, proyectos de emprendedores, no creo que haya problema en convocar ni que se nieguen a formar parte de la iniciativa”.

¿Cuál crees que debería ser la ayuda del gobierno municipal para incentivar la comercialización de los productos de los futuros pequeños productores? ¿Crees que serían viables las compras institucionales de alimentos a la agricultura familiar como se ha hecho en otras regiones?
“Si, totalmente. Un incentivo que además demostraría compromiso desde el municipio para que las familias se desarrollen dentro del trabajo de -huerta familiar como pequeños productores-, teniendo en cuenta la falta de empleo genuino por toda la situación que dejó el gobierno neoliberal de Macri y la actual pandemia- es que se le compren partidas de la producción para abastecer los comedores de las escuelas por ejemplo, que colabore en cuanto a las herramientas en el sentido más literal (palas, rastrillos, etc.) también podría ser un incentivo importante”.

¿Tenés propuestas para salvaguardar el medio ambiente y a la vez generar desarrollo económico?
“Bueno, pensar la agricultura familiar en el contexto de producción orgánica es decir, sin agrotóxicos ni contaminantes que dañen el suelo, ya es un acercamiento a la idea del cuidado del medioambiente, ceder baldíos, terrenos improductivos, o espacios donde habitualmente se acumula basura para que sean puestos a producir es una manera de contribuir con el medio ambiente, porque sembrar lleva un proceso de preparación de suelo y en la medida que se hace repetitivo el proceso la tierra va mejorando y haciéndose más fértil, también se puede proponer la producción de árboles frutales para reforestar las plazas, que también el municipio podría hacer acuerdos y comprar parte de la producción para garantizar pulmones verdes”.

Sabemos que sos coautora de un proyecto de huertas comunitarias. Contános un poco de qué se trata.
“Desde hace cinco años participo en el desarrollo de un Proyecto que llamamos Huertas Populares Urbanas y Periurbanas, junto a una Asociación Civil, el proyecto en un principio  consistió en su primera etapa, en brindar capacitación gratuita en agroecología, cursos y talleres y semillas a aquellas familias que querían tener una huerta en su casa, enmarcado  en  el  contexto  de  la contribución  al  Desarrollo  Humano Sostenible y la Seguridad Alimentaria en zonas donde se detectaron familias en estado de vulnerabilidad, dieta desequilibrada y escasa en verduras y legumbres. Las Huertas Populares Urbanas y Periurbanas son un programa Comunitario que ya  lleva algunos  años funcionando  en  este  distrito. Comenzamos a gestarlo desde el corazón mismo de cada barrio, como autogestión  de alimentos sanos, en  tiempos  de  crisis  económica, creando lazos de solidaridad entre vecinos y vecinas que llevan adelante estas actividades. Ya en una segunda etapa del Proyecto,  hemos  elaborado  un  estudio  previo de la zona de huertas,  que  incluye la  descripción  de  la zona,  paisaje,  patrimonio  natural  y  cultural,  usos  existentes, aspectos sociales y económicos, censo de usuarios, movilidad, servicios,  edificaciones, impactos,  etc., y elaboramos un plan especial urbanístico para el  desarrollo de estos ámbitos, en los cuales deberemos fomentar mecanismos de  gestión  popular con  acuerdos voluntarios de las partes intervinientes en la creación de espacios que ayudarán  a  su correcta  ejecución. Esperamos en el futuro articular con las escuelas ya que también nos interesa promocionar huertas escolares. El Proyecto en sí en muy amplio”.

Y por último; es casi imposible no hacerte esta pregunta en medio del contexto en el que vivimos. ¿Cómo creés que se podría resolver la situación del déficit habitacional? Con proyectos en lo inmediato? ¿A mediano plazo? ¿A largo plazo?
“En lo inmediato no creo que haya algo más que la iniciativa de ponerse a trabajar en pos de solucionar el problema, nada se hace de un día para el otro, a mediano plazo ir desarrollando un proyecto de viviendas pero antes de eso se necesitan tener datos concretos, tenemos el ejemplo de lo recopilado en el censo que se hizo en los terrenos de -la toma-, pero la crisis habitacional en definitiva va más allá de esos terrenos, hay gente que no tiene casa propia, por eso el proyecto de Viviendas Sociales debería ser una política pública a largo plazo, para que vaya otorgando viviendas a precios accesibles. En cuanto a si hay terreno donde planificar y desarrollar, quizás sea momento de revisar que terrenos deben impuestos, en tal caso de que los dueños no puedan pagar llegar a un acuerdo y desde el Estado quizás proponer que se otorguen tanta cantidad de parcelas en nombre de una equis cantidad de impuesto que se debe. También se podría pensar en desarrollar un barrio sobre los terrenos del ferrocarril, hay mucho espacio en desuso, y tranquilamente se puede implementar viviendas, huertas y espacios verdes en esa franja ferroviaria y si las casas se construyen pensando en la utilización de materiales reciclados, estaríamos hablando de un ideal de municipio para vivir. Todo esto además de garantizar vivienda digna, abrir puestos de trabajo no solo en la construcción de las casas, sino en la producción de alimentos para autoconsumo además de abastecer en el distrito a costo de productor-consumidor”.
¿Una reflexión…?
“No creo que haya algo que no se pueda hacer desde la política, el tema es sentarse a pensar qué y cómo”.