Se espera que dentro de un año se pueda instalar un primer generador que permita trabajar en práctica y experiencia de esta energía renovable. Hay avanzado un proyecto de energía de biomasa pero le faltan inversores.  Desde la Secretaría de Desarrollo Sustentable de la provincia se acompaña a los establecimientos rurales que trabajan con generación de energía eólica y solar a pequeña escala.
Aunque Tierra del Fuego puede ser considerada una provincia petrolera, y recursos como el gas, hoy son relativamente baratos para producir energía eléctrica, igualmente, con una visión ambiental y a futuro, se está comenzando a trabajar en energías alternativas.
Las energías alternativas son “aquellas que, a diferencia de las energías convencionales, usan como fuente de generación recursos renovables y poseen una fuente prácticamente inagotable en relación al tiempo de vida del hombre en el planeta” señalan desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
“Se producen de manera continua, no se agotan, y tienen su origen en los procesos ambientales y atmosféricos naturales: el viento, el sol, los cursos de agua, la descomposición de la materia orgánica, el movimiento de las olas en la superficie del mar y océanos, el calor interior de la tierra son fuentes de energías alternativas”.
El viento, uno de los males climáticos que sufrimos los riograndenses, podría pasar a ser fuente de energía sustentable.
“El principal interés de la Cooperativa fue sacarle provecho a la energía eólica en Tierra del Fuego porque sabemos que puede ser explotada por las características de la zona, que es plana y por el viento que tiene” explicó el ingeniero Walter García, jefe de Usina de la Cooperativa Eléctrica de Río Grande.
“Hace unos años, y con planes del Gobierno Nacional, la Cooperativa comenzó a trabajar con la colocación de torres de medición para generar un mapa eólico de la provincia”.
Cabe aclarar que la energía que se pueda llegar a generar por el viento no va a ser para satisfacer toda la demanda energética de la ciudad, es un apoyo que permite reducir algunos costos y optimizar recursos.  
Para este proyecto se instalaron cinco torres de medición, ubicadas en San Sebastián, Estancia Sara, Cabo Domingo, Estancia La Catalana y la última en Tolhuin y en este momento están tomando datos para evaluar la posibilidad de la generación de energía.
“En esas torres se miden los vientos en distintas alturas; hay instalados un  anemómetro y una veleta que toma datos cada 15 minutos; se va formando una base de datos que después de un año se puede hacer el mapa eólico de toda la zona, y es lo que define cuál es el lugar más apropiado, y el tipo de generador eólico a utilizar para sacarle más provecho al comportamiento de los viento en la zona” explicó el ingeniero García.
Se calcula que para junio del año que viene se estaría terminando de tomar los datos del año completo y de ahí, en un par de meses se puede ya tener el mapa eólico para comenzar a trabajar.
Una vez confeccionado el mapa eólico se procederá a determinar el lugar más apropiado para construir un parque eólico y ver los generadores que se van a utilizar
“Los vientos de la zona son preponderante buenos, porque son prácticamente constantes, y eso es importante para la generación eólica porque es una generación que entra y sale al sistema.
No es algo que pueda usarse independientemente para alimentar una demanda, eso requiere una alimentación de base” explicó el Jefe de Usina remarcando que cuando hablamos de la energía alternativa aún no es posible para satisfacer una demanda completa de la ciudad.

El primer molino
El ingeniero García indicó que, “además hemos realizado un consorcio con la Universidad de Tierra del Fuego, con una propuesta que ellos nos trajeron por el interés que tenían en estudiar la generación de hielo en las aspas y en general todo el comportamiento en esta zona, ver el rendimiento desde los pequeños hasta los grandes generadores.
Y como a la Cooperativa le interesa poner el primer generador eólico, presentamos un proyecto en conjunto a Nación para poder instalar pequeños generadores pero también un generador eólico de unos 2 megavatios, que estaríamos intentando colocar en Cabo Domingo, poder inyectar esa energía y a partir de allí tomar toda la práctica y la experiencia para ya meternos de lleno en la generación de energía eólica para, a futuro, generar un parque eólico, y ser referentes de la gente que quiera venir a invertir en la zona en este tipo de energía”.
Con respecto al avance del proyecto el ingeniero García indicó que “ya está presentado y esperamos que el mes que viene se expida Nación,  y en un año podríamos estar instalando este generador, que sería lo que podríamos instalar por el momento.
La instalación de un parque eólico más grande tendría que ver con la posibilidad de conectarnos a una red con el resto del país, una red que tenga suficiente potencia para que soporte esta instalación”.
Con respecto a la utilización de otras energías, el ingeniero García explicó que “a nivel de generación a gran escala, la energía solar está totalmente descartada, por el ángulo de incidencia del sol en esta zona, que lo haría totalmente ineficiente. Si uno pone un pequeño aparatito con una celda solar, sí se puede”.
Además el Jefe de Usina informó que “sabemos que se han hecho análisis con respecto a la energía mareomotriz - la energía que se genera a través de las mareas - pero la inversión que se requiere para lograr generar la energía es muy cara, por el tipo de costas que tenemos, son muy planas, y por eso hoy no se intenta trabajar en esa área.
Tenemos la altura de marea, pero no hay profundidad en la plataforma, entonces es muy poco el volumen del agua almacenada y  no da para manejar una turbina. La inversión debería ser muy alta y todavía no es conveniente”.

Energía para el campo
Desde la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente se está trabajando en proyectos de energías alternativas apuntando básicamente a los establecimientos rurales. “Hay varios establecimientos que han probado las distintas alternativas, llámese eólica, solar o el híbrido entre ambas, con diferentes resultados” explicó el ingeniero Maximiliano Sleiman, integrante de la Secretaría de Desarrollo Sustentable.
“Hoy el mantenimiento de los equipos tiene un algo costo, por el desgaste propio, mecánico de los molinos en el caso de la energía eólica. Los que mayor eficiencia han tenido son los importados y hoy conseguir un repuesto de una maquinaria importada también es un problema”.   
Con respecto a la energía solar, “hay un establecimiento que hoy se nutre de eso, y ha llevado todo a LED para ahorrar lo que es consumo y el uso de baterías” indicó el ingeniero Sleiman. “La limitante, por llamarlo de alguna manera, que hoy tiene la energía solar son las baterías que son muy caras y con cierta vida útil”.
Por su parte el licenciado en Administración Rural Emiliano Olmedo aclaró que las opciones en los establecimientos rurales son las energías eólica y solar, pero con las limitaciones que ello implica, “porque el viento no es todo el tiempo, o el sol, en invierno, que necesitas más luz, la fuente de energía está un tiempo más reducido, entonces las baterías como forma de almacenaje cobran mucha importancia, y además hay que tener equipos que consuman poco. No te da para un lavarropa, mucho menos para una plancha. No sirve para la parte productiva, es más para darle un confort a la vida, al menos en la actualidad”.
En el ámbito nacional está el PERMER, proyecto de energías renovables en el mercado rural pensando en las distancias que hay para llegar a los establecimientos rurales, y que el tendido eléctrico se hace prácticamente imposible.  Hay que analizar cuál es el proyecto más viable para cada provincia, y cada caso.
La importancia de pensar alternativas para la generación de energía para el área rural es primordial. Así lo explica un proyecto presentado por la Secretaría: “Las asimetrías entre el área rural y la urbana asociadas al acceso a servicios básicos, sumadas a la distribución de los pobladores (atomización) y la geografía local presentan hoy un gran desafío en cuestiones productivas y sociales.
En TDF las energías alternativas asociadas al sol y los vientos son las que mayor potencial si pensamos en los actores del territorio rural a los que las redes de electrificación  no alcanzan.
Desde el punto de vista del acceso, las energías alternativas implican  costos de inversión importantes y limitantes asociadas a la misma tecnología por ejemplo, molinos eólicos y su desgaste producto del movimiento o las baterías como forma de almacenaje de la energía, ya que se utiliza la energía cuando no está el sol,  y en general son utilizadas siempre como complemento y para usos específicos
Desde el punto de vista social las diferencias en el acceso a servicios básicos determinan una debilidad estructural de gran impacto a la hora de mantener y atraer pobladores en el área rural. Desde el punto de vista productivo se estima que los costos asociados a la autogeneración superan en al menos en 10 veces a los de la zona urbana aun con uso restringidos a parte del día. (Surge del cálculo de uso de un motor de luz a combustión que consume 4 litros/hora y se utiliza 5 hs/días,  a un costo del litro de gasoil de $8,5  que abastece a tres viviendas del casco vs el consumo promedio urbano estimado $150 mensual sin restricción)”.